Se necesita un milagro.

Escrito por el Pr. Alejandro Bullón

Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es. S. Juan 3:6

Adán y Eva salieron de las manos del Creador con una naturaleza perfecta. ¿Qué es naturaleza perfecta? Es la capacidad natural de querer hacer el bien. Ellos no tenían tendencias pecaminosas. La obediencia era una inclinación natural de la naturaleza perfecta que poseían.

Pero un día decidieron desobedecer y, en cierto modo, esa actitud fue contraria a su naturaleza. Entonces sucedió algo que la Biblia llama "misterio de la iniquidad". Perdieron su naturaleza perfecta y adquirieron la naturaleza pecaminosa; es decir, la tendencia natural para hacer todo equivocadamente y gustar de las cosas contrarias a la voluntad divina.

El versículo de hoy dice que con la naturaleza pecaminosa, con la cual todos los seres humanos vienen al mundo, es imposible obedecer: "Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es".

A veces, las personas confunden convicción con conversión. Convicción tiene que ver con la manera de pensar, y conversión, con la manera de vivir. Nuestra cabeza puede estar llena de principios morales, pero si nuestro corazón es inconverso, nunca conseguiremos vivir esos principios, experimentando en consecuencia un conflicto permanente que puede llevarnos a la desesperación.

Imagínate, por ejemplo, que un lobo observa cierto día a las ovejas y llega a la conclusión de que la mejor vida es la vida de las ovejas. El problema es que el lobo nació lobo, y no es suficiente querer para transformase en oveja. Imagínate, también, que este lobo se coloque una piel de oveja y comience a convivir con ellas. ¿Piensas que un día sentirá placer en hacer las cosas que las ovejas hacen de manera natural? Puede esforzarse. Puede ejercer su fuerza de voluntad para vivir como su cabeza cree, pero está viviendo contrariamente a su naturaleza. Lo que él necesita no es sólo pensar como oveja, sino ser una oveja de verdad. Necesita ser transformado. Pero, ¿viste alguna vez un lobo transformado en oveja? Si eso sucediera, sin duda, sería la mayor noticia del mundo. Eso sólo podría ser un milagro.

Bueno, es precisamente eso lo que Dios promete hacer en nuestra vida. "Esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis purificados de todas vuestras impurezas, y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosostros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne" (Ezequiel 36:25,26).

Este es el milagro que Dios quiere hacer en nuestra vida. Un nuevo corazón. ¿Comprendes? Nuevos motivos, nuevos gustos, nuevas tendencias. No es suficiente la información. Es necesario el milagro de la conversión.