El corazón agradecido.

Meditación escrita por Mark Finley

Lleguemos a su presencia con alabanza. Salmos 95:2

Una actitud de agradecimiento contribuirá en gran manera a reducir el estrés y a mantenernos saludables. Podemos aprender a manifestar esta actitud en toda circunstancia: sea que nos llegue el infortunio o la desgracia, o que todo marche viento en popa.

Hace muchos años, unos bandidos asaltaron a un predicador inglés que viajaba a un pueblo vecino. Esa noche, el predicador escribió esto en su diario: "Hoy me robaron. No obstante, estoy agradecido. En primer lugar, porque aunque se llevaron todo lo que tenía, en realidad, no se llevaron mucho. Estoy agradecido porque, aunque se llevaron mi billetera, no me quitaron la vida. Y sobre todo, estoy agradecido, porque fui yo a quien robaron; y no yo quien robó".

Aprendamos a vivir continuamente agradecidos. Las cartas de Pablo nos dan esta receta divina: "Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús" (1 Tes. 5: 18)

"Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones... y sed agradecidos" (Col. 3:15). "Sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias" (Fil. 4:6). Las cortes del cielo cantan: "La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén" (Apoc. 7: 12).

La gratitud es la expresión natural del corazón convertido. Cuando nuestras vidas están llenas de quejas, testificamos que Dios nos ha tratado duramente. El espíritu de queja se proyecta en Dios. Refleja una raíz de amargura interior. Donde hay murmuración, hay algún problema en el corazón.

Por otra parte, el corazón agradecido acepta tanto los gozos como las tristezas de la vida. El espíritu de queja surge cuando la vida no marcha de la manera que uno quiere, o cuando uno no obtiene exactamente lo que ansía. "No estemos pensando siempre en nuestras necesidades y nunca en los beneficios que recibimos. No oramos nunca demasiado, pero somos muy parcos en dar gracias. Constantemente estamos recibiendo las misericordias de nuestro Dios..." (El camino a Cristo, p 103).

Todos podemos cultivar un corazón agradecido. Piense hoy en algo que le inspire gratitud. Exprese esa gratitud a algún familiar, o a algún amigo o compañero de trabajo. Prepare una lista de siete cosas por las que siente gratitud. Alabe a Dios por las bendiciones que le ha prodigado. Haga de cada día del año, una día de agradecimiento.