Jesús es quien da valor a las personas.

Escrito por el Pr. Alejandro Bullón

"La gloria de esta segunda Casa será mayor que la de la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos." Hageo 2:9.

La inauguración del templo de Salomón fue coronada por la gloria de Dios, que llenó toda la casa, y por el fuego que consumió el holocausto del sacrificio. La Sra. Elena de White dice que cuando, siglos después, se inauguró el segundo templo, "no se vio que una nube de gloria llenase el santuario recién erigido. Ningún fuego descendió del cielo para consumir el sacrificio sobre su altar" (Profetas y reyes, pág. 439).

¿En qué sentido entonces, según el profeta Hageo, la gloria de la última casa sería mayor que la de la primera? El mismo profeta nos da la respuesta: "Daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos". Siglos más tarde vendría alguien que les diría a los hombres: "La paz os dejo, mi paz os doy" (S. Juan 14:27).

La gloria del segundo templo no dependería del brillo de sus luces, ni de la riqueza de su construcción. Todo eso es pasajero; no es más que gloria terrena y efímera que pasa. Cristo sería la diferencia. Él, personalmente, llenaría de gloria ese templo, y lo que está queriendo decirnos esta mañana es que no importa cuán sencilla y humilde pueda ser una persona, no importa cuán rechazado y menospreciado pueda sentirse alguien, Jesús puede llenar de gloria la casa por la presencia de su Espíritu Santo.

Nosotros, los seres humanos, generalmente damos mucha importancia a las cosas que se ven. Medimos el éxito o el fracaso por números y estadísticas. Juzgamos la gloria por el brillo. Pero con Dios las cosas son diferentes. Él juzgara a las personas por la comunión que mantienen con la fuente de toda verdadera gloria: Jesús. No le importan la apariencia ni el grado de instrucción, ni la raza o la posición social.

¿Tienes la seguridad de que Jesús habita en tu corazón por medio de la persona de su Espíritu Santo? ¿Santifica él tu vida y "llena de gloria el templo"? Su presencia transforma una simple construcción de ladrillos o cemento en el santo templo de Dios. Su presencia puede también transformar un simple cuerpo humano en el santo templo del Espíritu Santo.

Ve hoy por la vida con un sentimiento de gratitud a Dios porque su presencia y compañía hacen de ti una persona especial. Enfrenta las luchas de este día sabiendo que, bajo el control del Espíritu de Dios, puedes ser invencible, y que la gloria divina será vista por los hombres en la sencillez de tu mirada y en la pureza de tus palabras.